Una de las primeras cosas que aprendemos al iniciarnos en el mundo de la locución profesional es que desarrollar un estilo personal es algo muy importante.

El estilo personal de un locutor tiene que ver con el tono y la modulación de su voz, las inflexiones que usa para transmitir una emoción o un estado de ánimo, o para enfatizar una situación. No debemos confundir el estilo personal de un locutor, con un estilo de locución comercial.

Generalmente, cuando iniciamos una carrera en la radio o la televisión tratamos de adoptar o copiar las cualidades positivas de alguien más. Es decir, tratamos de imitar a nuestro locutor o conductor favorito porque tenemos la idea de que es exitoso. Adoptamos un estilo ajeno como modelo a seguir y eso no tiene nada de malo… al principio.

Tener un modelo a seguir nos puede ayudar mucho cuando partimos desde cero y no sabemos qué rumbo seguir. Sin embargo, con el paso del tiempo debemos saber cuándo dejar de lado el “molde” y empezar a crear nuestro propio estilo personal de comunicación para dar paso a nuestra propia esencia.

Desarrollar un estilo propio representa un gran salto en la carrera de un locutor profesional. Al principio lo más importante es ganar confianza. Para lograrlo tenemos que darnos a la tarea de explorar y experimentar todos aquellos aspectos que tienen que ver con la expresión oral. Esto nos puede llevar algo de tiempo. Pero una vez que hemos explorado meticulosamente lo que hay detrás de un buen discurso, de la redacción de una noticia, de la creación de un guion comercial y de cómo hacer una grabación, es el momento de dar el siguiente paso.

¿Qué tan bueno es tener un modelo a seguir?

Un locutor profesional atraviesa un proceso muy similar al de un actor. Al inicio los actores novatos pueden adoptar por ejemplo el método Stanislavsky para crear un personaje. Es una forma segura y sistemática de llegar a un resultado aceptable.

De la misma forma, el locutor novato adopta el estilo personal de un locutor veterano y este estilo se convierte en su “técnica”. Esta es la forma natural de aprendizaje. Cuando eramos niños aprendimos a hablar de la misma forma en que hablan nuestros padres. Aprendimos a usar las mismas palabras, muletillas y copiamos su acento. El proceso es casi el mismo, sólo que cuando eramos niños no fuimos conscientes de este proceso.

En un principio podemos decir que contar con un modelo a seguir es algo bueno. Esto te ayuda a dar tus primeros pasos en el terreno de la locución profesional. La mayoría de la gente y tus colegas sabrán que estás empezando y habrá un gran nivel de tolerancia.

Conociendo al enemigo

El reto posterior es dejar de lado las técnicas y los estilos “prestados” para permitir que surja tu propio talento natural. Tu propio estilo personal. Realmente es un poco más complicado de lo que suena.

Debemos tener mucho cuidado en este punto porque la gran tentación es continuar por el camino “seguro”. Hay una expresión que dice: «Si no está descompuesto, no lo arregles». Pero ese camino “seguro” al final del día en la locución profesional se convierte en un callejón sin salida.

Por ejemplo, si prestas atención fácilmente te darás cuenta de cuáles son los locutores que siguen una misma escuela. Es fácil identificar a los reporteros de televisa porque tienen la misma escuela. La mayoría hacen los mismos énfasis, las mismas inflexiones y terminan sus frases con el mismo tono.

Muchos profesionales del micrófono jamás se atreven a romper el molde porque esto representa abandonar su zona de confort. Esta zona tiene como base una seguridad creada de forma artificial, aunque es una seguridad a final de cuentas. A pesar de que algunos de ellos cuentan con muchos años de experiencia, no han podido escalar al siguiente nivel. El motivo es precisamente porque no han tomado la decisión de dejar atrás el “cascarón” que inicialmente les dio la seguridad que necesitaban para empezar a trabajar en la industria.

Hoy en día sobran los locutores que hablan igual, que reproducen o adoptan un modelo que les fue heredado como una muleta que les ayudaría a sostenerse en su etapa inicial. No se dan cuenta de que lo que la industria y el público reconocen y premian, es la originalidad y la autenticidad del comunicador.

Sólo para dejarlo en claro: para poder desarrollar un estilo personal debes empezar por aceptarte a ti mismo.

¿Cuál es el riesgo al desarrollar nuestro propio estilo personal?

Un buen comunicador aprende a comunicar desde la vulnerabilidad de su Ser, aunque esto represente un RIESGO. Para desarrollar un estilo personal tenemos que enseñar lo que realmente hay dentro de nosotros. Aprender a expresar lo que sentimos realmente. Para hacerlo hay que tener valor. Cuando comunicamos desde nuestro Ser, los demás pueden darse cuenta de quiénes somos en realidad.

Seguramente conoces a más de una persona que utiliza diariamente una máscara y se presenta ante los demás con una identidad falsa. Lo curioso es que este tipo de personas creen que al usar un disfraz gozarán de mayor aceptación. Pero lo único que sucede es que el resto de sus vidas tienen que esforzarse para sostener esa falsa identidad.

Te va a sonar absurdo, pero el único miedo que te impide ser tú mismo ante un micrófono o ante una audiencia es el miedo a ser juzgado. ¡Lo que los demás puedan llegar a pensar de ti! En este punto puedes llegar a pensar que unas horas de terapia con un psicólogo te vendrían bien. No estás muy alejado de la realidad. Pero lo mismo nos sucede a todos. La mayoría de las personas tienen miedo a hablar en público.

Esto no es un secreto en la locución comercial, aunque pareciera que sí lo es. Quien mejor puede conectarse con su audiencia es quien se atreve a dejar de lado los moldes, las técnicas, los patrones rígidos y quien es sincero. Aunque con el paso del tiempo te darás cuenta que hay una gran diferencia entre “sonar” sincero y SER sincero.

Aceptando la unicidad

No encuentro razones de peso para querer parecernos a alguien más. Si no aceptamos nuestra propia unicidad, nunca podremos desarrollar un auténtico estilo personal de comunicación. Dios, la Vida, el Universo o como le llames nos regaló una esencia que es única, con defectos y virtudes. Lo único que podemos hacer es tratar de compartir en armonía nuestra escencia, nuestras diferencias, que al final del día es lo que enriquece en gran medida nuestra experiencia humana. ¿Te imaginas cómo sería este mundo si todos fueramos… clones?

Es un hecho que ni tú, ni tu estilo personal podrán conectar con el 100% de la gente. Siempre habrá quién te elogie hasta el cansancio y siempre encontrarás quién te condene hasta por el más mínimo defecto. Si entiendes desde el principio que esto es parte del juego, estás del otro lado. En esta profesión hay muy pocas cosas que merecen la pena ser tomadas de forma personal, incluyendo elogios y agravios.

Explora las distintas formas de comunicación.

Si tu intención es convertirte en un locutor o en comunicador profesional más completo, te recomendamos explorar todas las formas de comunicación que tengas a la mano incluyendo la expresión corporal. Ambas, tanto la comunicación oral como la expresión corporal tienen sus formas o estilos.

Las formas de la expresión corporal deben coexistir en perfecta armonía con las formas de comunicación oral. Si estás en una cabina de radio donde nadie te ve no importa. Pero si estás comunicando a través de un medio audiovisual o ante un público en vivo entonces sí es importante. Algunos autores sugieren que dentro de la comunicación en general la influencia de la voz tiene una relevancia del 40% y la expresión corporal del 60%. El lenguaje corporal incluye los ademanes, movimientos, gesticulaciones etc.

Sin subestimar estos porcentajes, creo que el punto medio al que debemos llegar es al punto de la CONGRUENCIA. Dicho de otra forma, tu lenguaje corporal debe ser congruente con tus palabras.

Un discurso donde tu voz y tu cuerpo se mueven al mismo ritmo, es como una sinfonía que puede trascender e influir sobre una audiencia de formas inimaginables. En ese punto es donde podemos decir que hemos encontrado nuestro propio estilo personal.

Cuando un orador está comunicando su mensaje con una verdadera pasión y está realmente implicado en lo que dice, su cuerpo simplemente encuentra la forma de seguirlo sin esfuerzo y sin necesidad de técnica alguna. Pero para que esto suceda, el contenido del mensaje debe ser importante, empezando para quien lo comunica. Mientras más relevante sea el contenido de tu mensaje para ti, más involucrado estarás al momento de comunicarlo.

Esto nos lleva a analizar el contenido del mensaje en la comunicación oral, pero hablaremos del tema en otra ocasión.

Resumiendo

En el día a día de la locución comercial, mientras no tengas el estatus de una celebridad, es válido que un director trate de modificar tu estilo personal, porque estás tratando de darle vida a su idea, a su proyecto.

Te recomiendo estar atento, siempre habrá lugar para mostrar tu propio estilo. Si logras ser congruente y apegarte a los principios de tu esencia, podrás satisfacer hasta el más exigente de los directores y al mismo tiempo habrás dejado impresa la huella indeleble de tu propio estilo personal.