La voz humana es el instrumento más importante que todos usamos. ¿Te imaginas cómo sería nuestra comunicación si no pudiéramos hablar? ¿Cuál sería un modelo de comunicación efectiva? Nuestra voz es probablemente también el sonido más poderoso sobre el planeta. Es el único sonido con el que podemos iniciar una guerra o decir “te amo”.

Sin embargo, mucha gente al hablar sufre una experiencia negativa ya que las personas no escuchan, no prestan atención tan fácilmente como quisiéramos y esto es una realidad.

¿Cómo podemos hablar desde una posición de poder para generar los pequeños cambios que necesitamos en el mundo?

La forma en que podemos lograrlo es mejorando y puliendo nuestras habilidades de comunicación.  Primero quisiera hablar acerca de los hábitos negativos del habla que debemos eliminar o evitar si queremos tener una comunicación efectiva.

A continuación te presentaremos una lista de hábitos negativos en los que solemos caer la mayoría de las personas al hablar. Y aunque no es una lista definitiva, si llegas a eliminar estos hábitos definitivamente mejorarás tus habilidades de comunicación.

1 Los chismes

Hablar mal de alguien cuando no está presente no es un buen hábito. Y además sabemos de antemano que si hablamos mal de una persona, cinco minutos después esa persona estará hablando mal de nosotros.

La mejor forma de evitar los chismes es hablando las cosas de forma directa. Si tienes algo que decir, díselo a la persona indicada. Yo sé que las personas hablan entre sí, se quejan de los demás y es una forma natural de desahogarse. Pero debemos tener cuidado, porque por otro lado hay personas que simplemente no saben guardar una conversación.

Si por ejemplo le dijiste a tu compañero de trabajo Pedro, que Martha la recepcionista pierde demasiado tiempo hablando por teléfono, eso no le beneficia a nadie. En principio ésta puede ser sólo tu percepción del asunto y por otro lado no se lo estás comunicando a alguien que pueda hacer algo al respecto. Lo que fácilmente puede derivar en un chisme de oficina.

Hablar las cosas de forma directa mejora en gran medida la comunicación efectiva.

2 Juzgar

Todos conocemos personas a las que les gusta juzgar a los demás simplemente por deporte. Aunque hagas las cosas bien. Si haces las cosas mal te juzgan y si haces las cosas bien igual te juzgan. Ya sabes cómo funciona esto.

Es muy difícil prestarle atención a alguien cuando sabes que esta persona está emitiendo un juicio sobre tu persona o sobre las demás personas sin siquiera conocerlas.

A veces tengo la impresión de que el mundo de la farándula se inventó para eso. Para que la gente pudiera hablar acerca de terceras personas quienes voluntariamente se ponen bajo el microscopio. De tal forma que todos emiten un juicio sobre este tipo de personas “perfectas”. Desde las cosas más simples que hacen (lo que desayunan, comen y cenan) hasta juzgar el tipo de relación que tienen con sus parejas y demás.

Digamos que es una especie de válvula de escape. Algo que distrae nuestra atención de lo que verdaderamente es importante. Emitir un juicio leyendo un tabloide o hacerlo frente al televisor durante un reality show puede parecer un juego inocente.

Pero lo malo de hacerlo de forma constante es que nos estamos condicionando a emitir juicios a priori de todo lo que nos rodea. Este condicionamiento, si lo seguimos alimentando es muy probable que lo arrastremos al trabajo y a nuestra vida social.

Más allá de la poca comunicación efectiva, si de pronto te das cuenta que las personas comienzan a evadirte sin razón alguna, puedes preguntarte ¿qué es lo que ha estado saliendo de tu boca recientemente?

3 Hablar negativamente

Todos podemos caer en este mal hábito de vez en cuando. Pero hacer de este hábito uno de los principales pilares de tu comunicación puede ser devastador. Conozco a algunas personas que siempre ven primero el lado malo de todo, no importa cuál sea la situación.

Supongo que el pesimismo para alguien es consecuencia de una larga cadena de malas experiencias personales. Sin embargo, lo que puedo decir sobre este tema es que el pesimismo siempre atrae más pesimismo. Es un círculo vicioso. Si no puedes esperar nada bueno de la vida, siempre verás lo malo de las cosas, condicionarás a tu mente y ella se encargará de crear un ecosistema a tu alrededor que reforzará tu sistema de creencias.

Nadie soporta estar ante una persona negativa. ¡A menos de que se trate de otra persona negativa!

Este es uno de los hábitos que al ser eliminados elevan rápidamente la calidad de la comunicación efectiva. Si prestas un poco de atención podrás comprobarlo fácilmente.

4 Quejarse

Quejarse es otra forma de negatividad. Bueno este es el pasatiempo nacional de nuestro país. Nos quejamos del clima, nos quejamos del futbol obviamente, de los políticos, de la economía etc. y no nos damos cuenta de que cuando nos quejamos es algo muy parecido a la propagación de un virus. Cuando nos quejamos no estamos aportando nada positivo a nuestras vidas.

5 Excusas

También es muy difícil no caer en este error. Todos conocemos a alguien que se la pasa poniendo excusa tras excusa. Donde todos tienen la culpa, excepto esta persona.

Incorporar las excusas a nuestra comunicación diaria puede ser desastroso. Hay que reconocerlo, a todos nos cuesta trabajo admitir nuestros errores. Pero es parte del proceso de ser adultos responsables. Los días en que podíamos echarle la culpa a nuestro hermano menor, al vecino o al perro han quedado atrás.

Si no asumimos la plena responsabilidad de todo lo que nos pasa en la vida, siempre iremos por ahí siendo víctimas de las circunstancias. ¿Dije de TODO lo que nos pasa en la vida? Es correcto. De ello hablaremos en alguna otra ocasión.

Viviríamos en un mundo muy distinto si las personas dejaran de poner excusas del por qué no se pueden hacer las cosas. Este es un obstáculo importante para la comunicación efectiva y superarlo requiere de un cambio de actitud, un cambio de fondo.

6 Exageración

Muchas personas usan la exageración hasta en cosas tan simples como: “Te he dicho 1,000 veces que no hagas eso o aquello”. O cuando dicen: “Genial”. Antes sólo en las caricaturas escuchabas esta palabra porque la usaban para traducir el “cool” estadounidense. Y ahora que estas generaciones ya crecieron, se quedaron con el GENIAL y todo es genial. Lo que ocasiona un problema en la comunicación porque cuando encuentras algo que es realmente genial, ¿qué palabra usas para describirlo? ¿MEGA Genial?

El caso extremo son los mitómanos. Estas personas tienen la tendencia de mitificar o a admirar exageradamente a ciertas personas o cosas.

Al final del día, la exageración se convierte en una mentira y a nadie le gusta estar con personas que mienten constantemente. A lo mejor la mayoría de las veces lo puedes tomar a la ligera, pero no todo el tiempo.

7 Dogmatismo

Finalmente el dogmatismo. Aquí es donde se confunden los hechos con las opiniones. Cuando se mezclan ambas es cuando pareciera que estás escuchando el viento.

Cuando alguien te bombardea con opiniones personales como si se trataran de hechos reales, o como si fuera la verdad es muy difícil prestar atención. Si no sabes del tema, seguramente harás un esfuerzo por poner atención. Pero si conoces el tema en cuestión, una de dos, o empiezas a discutir o te das la vuelta y te vas.

Este es un obstáculo para la comunicación efectiva especialmente cuando se trata de personas mayores. Ya sabes cómo es esto, mientras mayor es la persona, más cree que posee la verdad y no la puedes mover de ahí. Es muy probable que para muchas personas al llegar a cierta edad su capacidad de aprendizaje se haya agotado. Por eso realmente creen que todo lo que dicen está escrito en piedra.

Entonces estos son los “7 Pecados Capitales en la Comunicación”:

  1. Los chismes
  2. Juzgar
  3. Hablar negativamente
  4. Quejarse
  5. Excusas
  6. Exageración
  7. Dogmatismo

Son las actitudes o los hábitos que debemos evitar a toda costa.

Ahora, habiendo dicho lo anterior. ¿Existen cosas que podamos hacer que sean lo opuesto a los 7 pecados capitales en la comunicación? La respuesta es: Sí.

Existen 4 pilares en los que podemos cimentar una comunicación efectiva. Recuerda que el objetivo es comunicar de una forma tan poderosa que podamos influir en las personas y lograr un cambio positivo.

Los Pilares de la Comunicación Efectiva

  • Honestidad – Ser claro, directo y hablar con la verdad.
  • Autenticidad –  Ser uno mismo.
  • Integridad – Ser congruente, hacer lo que dices que vas a hacer.
  • Bondad – Desear el bien del prójimo.

Hay que entender que muchas veces  no se puede ser brutalmente honesto con las personas. Por ejemplo, ¿qué sucedería si te levantas por la mañana y le dices a tu esposa que su aspecto es desaliñado?

La comunicación efectiva no sólo tiene que ver con lo que decimos sino también con la forma en que decimos las cosas. La voz es una herramienta increíble pero tenemos que aprender a usarla. La voz es como nuestra caja de herramientas, podemos usarla para incrementar el poder de nuestra comunicación dependiendo de cada situación.

Aquí te presentamos seis «herramientas» que te ayudarán a mejorar el uso de tu voz.

Registro

Existen muchas técnicas de voz que nos pueden ayudar a encontrar nuestra “voz media” o tono medio. Si nos agotamos demasiado al hablar unos pocos minutos, esto significa que algo estamos haciendo mal.

Hay personas que hablan demasiado nasal o demasiado gutural y por lo tanto es difícil que mantengan la atención de una audiencia por largos espacios de tiempo. Muchas personas le prestan atención a una voz “baja” o un tono grave porque lo asocian con el poder o la autoridad. Aprender a “colocar” la voz no es algo difícil y profundizaremos en ello en otra ocasión.

Timbre

Es como la gente percibe la voz, es decir “cómo se siente”. Los estudios indican que todos preferimos escuchar una voz flexible con la capacidad de manejar una variedad de tonos. Que no suene monótona, que sea suave y cálida.

Si no tienes una voz grave no es el fin del mundo. Siempre puedes encontrar a un coach de voz que te puede ayudar a sonar mucho mejor. Hay ejercicios de respiración, postura, etc.

Ahora, todos sonamos mejor de lo que pensamos. Si grabas un mensaje en tu teléfono, lo escuchas y no te gusta el timbre de tu voz, no te preocupes, es normal. Nosotros escuchamos nuestra propia voz con nuestro oído interno, mientras que los demás la escuchan con el oído externo. Y lo que pasa es que no estamos acostumbrados a escuchar nuestra voz con el oído externo. Es algo así como cuando nos vemos en el espejo.

Prosodia

La prosodia es el ritmo subyacente que existe mientras hablamos. Cuando una persona expresa todo lo que dice de la misma forma su comunicación se vuelve monótona. Si empieza y termina las frases de la misma forma no logrará una comunicación efectiva.

Un ejemplo común de una mala prosodia es entonar una frase en forma de pregunta, cuando realmente se trata de una afirmación. Esto le pasa mucho a la gente que vive en el centro del país y es algo que puede llegar a limitar demasiado el alcance de tu comunicación verbal.

Ritmo

Podemos hablar rápido cuando estamos comunicando algo con mucha emoción o podemos hablar lentamente cuando queremos enfatizar algo que creemos que es muy importante.

Silencio

Un poco de silencio no tiene nada de malo. De hecho, podemos usar el silencio a nuestro favor para destacar la importancia de lo que estamos diciendo. El manejo de las pausas es muy importante. Cuando manejamos bien las pausas eso nos da seguridad y credibilidad ante una audiencia.

Lo que debemos evitar es llenar el silencio con este, eeee, aaaah, mmmm o alargar las vocales de forma interminable. Esto ocasiona el efecto inverso de la pausa bien manejada. La gente percibe los “esteee” como titubeos. Es como si no supiéramos bien de lo que estamos hablando o como si algo se nos olvidó.

Volumen

El volumen comúnmente va de la mano con el ritmo. Una vez más, si estamos muy emocionados de forma natural elevaremos el volumen de la voz. Y si quiero que pongas mucha atención a lo que estoy diciendo puedo bajar el volumen de la voz hasta el punto del susurro.

Algunas personas parece que están gritando todo el tiempo, como si estuvieran animando un programa de televisión. Otras personas elevan su volumen sólo cuando hablan por teléfono y entonces es como querer que todos estén en la conversación.

Pero elevar demasiado el volumen es un error en la comunicación ya que es querer imponer el sonido de tu voz a todas las personas que te rodean. Esta es una actitud ruda, grosera y carente de cortesía para los demás.

OK, ahora, todos estos elementos, todo lo que acabo de decir es relevante en la medida de que lo que tengamos que decir sea importante o no. Y esto está relacionado también por lo general con el número de personas que nos estén escuchando.

Puede ser que se trate de una conferencia, una presentación en una empresa, un reporte anual, una presentación de ventas, un brindis en una boda, en una ceremonia de graduación, cuando estás hablando con el jefe para pedir un aumento de sueldo etc.

En resumen

Si tienes algo realmente importante que decir, es mejor estar preparado con tu caja de herramientas para que puedas lograr una comunicación efectiva y al final del día lograr el objetivo que tenías en mente.

Para poner todo lo anterior en contexto, los 7 pecados de la comunicación oral nos llevan a establecer un modelo de comunicación deficiente. Donde el mensaje no llega de la mejor forma al receptor, es ignorado y al final del día no contribuye al cambio.

Lo proponemos es un modelo de comunicación mucho más eficiente que nos ayude a que efectivamente exista un cambio positivo. A lo mejor al principio un cambio pequeño al principio y que posteriormente la suma de pequeños cambios den paso a un gran cambio.

Fuente: J.Treasure