Cuando solemos escuchar un comercial de radio con frecuencia detectamos diferentes voces. Una es sensual y seductora, otra es tierna como una mamá y otra es tan juvenil como una adolescente. La magia, es que podría tratarse de la misma voz, pero lo que cambia es el tono o la intención en la locución comercial.

Las intenciones son tan variadas que es difícil clasificarlas ya que como todo en la vida es un tema de percepción. Hay quienes incluso comparan una intención con un color (azul, verde, amarillo etc).

Podríamos decir que los tonos de voz más comunes son: Institucional, Vendedor, Amable, Juvenil, Fresco, Cool, Tierno, Sensual, y no podemos dejar de lado el tono a veces problemático para muchos locutores: el tono natural o «conversacional».

Te preguntarás ¿por qué problemático? Tengo que confesar que quienes nos dedicamos a esto ya no hablamos como la mayoría. Con el tiempo desarrollamos un estilo de hablar “neutro” o una voz más pulida que incluso la gente te dice: ¿eres locutor verdad? ¡Hablas diferente!

Volviendo a la intención en la locución comercial, es más sencillo manejarla cuando se tiene control de la voz. Saber transmitir las emociones con la voz a solicitud de alguien más, es el verdadero arte.

¿Qué es lo que mueve a las masas?

La intención o el contenido emocional en la locución comercial es lo que le da vida a un spot de radio o televisión. Casi siempre estamos contando una historia y ésta debe ir acompañada de la intención adecuada.

¿Estamos recordando la comida casera que hacía mamá? ¿O nos topamos con Javier, quien nos dice por qué sobregiró su tarjeta de crédito en sus vacaciones por no reservar su hotel por Internet?

Cuando logras imprimir la emoción o la intención adecuada a tu comercial, es cuando haces que la gente se levante de su sillón y salga corriendo a comprar… lo que sea que estés anunciando.

Encuentra la intención que que conecte con la emoción

Cuando como locutor te solicitan intenciones específicas, es algo relativamente fácil de ejecutar; pero lo divertido empieza cuando te tienes que volver el intérprete de cada cliente. A veces quieren escuchar algo específico, pero cuando no saben exactamente qué es lo que buscan, ahí es donde se complica el asunto.

No es raro que un director de marketing o un productor te pida algo como esto: “Mira, quiero algo cool pero un tanto reflexivo, que tenga un tono fresa sin exagerar, que sea natural y de remate métele un poco de sensualidad sin caer en el cachondeo y que el cierre suene institucional”.

¿Qué tal? Este es un ejemplo de un cliente que habla de tonos. Pero luego hay otros que sacan la paleta de colores completa. “Lo quiero como azul, tú sabes, sin caer en lo obscuro o depresivo; luego en esta frase le cambias a amarillo y luego naranja, para rematar en un rojo pero sin ser tan dramático o subido de tono”.

Creeme, hay clientes así y hay que estar preparados para todo. Hay sesiones de grabación en las que hay más de 3 personas tratando de dirigir y no se ponen de acuerdo. ¡Cada uno con una idea diferente acerca del tono de voz que necesita el comercial!

A veces el locutor tiene convertirse en el mejor intérprete para entender lo que se le pide y poder cubrir las expectativas de todos (o de la mayoría).

¿Y sabes algo? Aunque llegas a sufrir en esos momentos, es muy divertido poder jugar con tu voz para darle vida a un guion comercial.

Tarde o temprano a todos nos toca

Sí tú te dedicas a esto sabes de lo que estoy hablando. Y si aún no te han tocado estos escenarios no respires tan tranquilo ya te tocarán. Lo que te puedo decir es que es básico no perder la calma. Respira profundo y si de plano te llegas a sentir saturado o confundido, pide unos momentos fuera de cabina y regresa con la mente despejada.

Al final del día, para ejecutar la correcta intención en la locución comercial no hay nada como la práctica. Así que te recomiendo ejercicios diarios de voz. Experimenta nuevos tonos, checa en la radio los estilos de locución que están de moda, imita personajes, grábate y escúchate para que vayas puliendo tu voz. De esta forma lograrás tener más flexibilidad en las cuerdas vocales y serás cada vez más ágil.

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