Al adentrarnos en la profesión de la locución comercial, o locución profesional, debemos tener en cuenta de que no sólo se trata de una forma de arte, sino que también se trata de crear un negocio; por lo tanto, detrás de un buen locutor profesional, se encuentra una persona de negocios, trabajadora, dispuesta a aprender y esforzarse por llegar a la cima. Pero, puedes Ignorar lo anterior si tu intención es tomar la locución como un simple hobbie.
Tomás Alva Edison dijo una vez: “La Genialidad se alcanza con el 1% de inspiración y el 99% de transpiración”.
Como en cualquier profesión hay elementos buenos, regulares y malos. Lo que hace a un gran profesionista es un grupo de cualidades que podemos resumir en algo que se conoce como ética de trabajo. Ella abarca distintos aspectos como son:
1. Conocimiento en la materia.
2. Pericia en la práctica.
3. Vocación de servir.
Conocimiento en la materia
Una persona que se defina a sí misma como profesionista, debe conocer de manera amplia y detallada todos los elementos que están involucrados en su actividad profesional. El aspecto teórico es muy importante porque éste nos permite ver el panorama global del “juego”. Mientras más conozcamos de nuestra profesión, más entendimiento tendremos de la industria y de cuáles son las herramientas y técnicas que podemos usar para ser más eficientes.
No es necesario contar con una licenciatura en comunicaciones para ser un buen locutor. Aunque se requiere cierto nivel de profesionalismo, la mayoría de los locutores que conozco no cuentan con una licenciatura. Sin embargo, hoy en día la industria se ha vuelto más competitiva y contar con estudios profesionales te puede dar cierta ventaja ante tus colegas.
Permanecer en la vanguardia requiere de estudio constante. Desde los 90’s cuando inició en serio la revolución digital, muchos compañeros locutores se resistían al cambio. No tomaban en serio las clases de computación que les ofrecían la empresa y el sindicato hasta que un buen día tuvieron que subirse al tren porque vieron amenazados sus empleos. Incluso hoy en día me llama la atención cómo muchos colegas incluso jóvenes talentos no tienen idea de cómo usar un programa de edición de audio.
2. Pericia en la práctica
La destreza con la que desarrollamos nuestro trabajo está directamente relacionada con la calidad del producto final. Muchas profesiones requieren de una gran destreza física y concentración. Gracias al cielo no tenemos que hacer trasplantes de corazón ni nada por el estilo. Y en nuestra actividad la vida de una persona no depende de nosotros. Sin embargo un buen locutor profesional hace algo que es único, conecta con una audiencia en un nivel íntimo. Motivar, acompañar, inspirar, informar o entretener son algunas de las formas que puede adoptar la comunicación de un buen locutor profesional.
3. Vocación de servir.
Este tema es muy subjetivo y al igual que en las demás profesiones, puede ser el motor principal que te impulse a trabajar con alegría día a día y es de donde se obtiene la principal satisfacción. Aquí es donde muchos profesionistas encuentran su propósito de vida. Es verdad que todos queremos vivir bien y ser exitosos, pero como lo he mencionado en otras ocasiones, una buena remuneración económica es sólo parte del éxito.
Me he topado con compañeros locutores que cuando se les solicita un trabajo, ni bien saben si el cliente final ha aprobado el trabajo y ya están presionando la gestión de su pago. No les interesa saber si la locución encajó bien en el proyecto ni conocer el nivel de satisfacción del cliente. Y algunos se niegan a repetir una toma o corregir un error si no se les paga de nuevo. Si de verdad te interesa permanecer en esta industria a largo plazo hay que entender que no estamos vendiendo “tacos en la esquina”. Estamos prestando un servicio profesional personalizado.
Recuerda, siempre podrás negarte a comprometerte a hacer un trabajo, por los motivos que creas válidos. Bajo presupuesto, un tipo de negocio que no te gustaría promover etc. Pero una vez que aceptas, es tu reputación la que está en juego.
Por otro lado sé que hay clientes que son muy difíciles de lidiar. Exigen más de la cuenta, no saben exactamente qué es lo que quieren lo que retrasa el resultado final. Esto hace que todos trabajen tiempo extra, nunca están satisfechos y además pagan poco. Me atrevería a decir que debemos encontrar un punto medio de proceder entre la Madre Teresa y un mercenario. Pero sobre todo, no perder de vista que en la locución comercial todos estamos tratando de crear un negocio.
Es cuestión de actitud.
Si estás trabajando como locutor para una estación de radio, cuentas con un sueldo y prestaciones está bien. Pero ese es un juego distinto del que juegan los locutores que sólo se dedican a la locución comercial.
Por último, quiero reforzar que nuestra actitud hacia nuestra profesión, hacia nuestros clientes y hacia la vida misma es lo que hace la diferencia. ¿Por las mañanas sales de “cacería” o sales en busca de personas a quienes puedes ayudar por medio de tus talentos?
Crea tu propia ética de trabajo con base en tus valores y una verdadera vocación de servir. Esto te ayudará establecer relaciones duraderas con tus clientes, reducir las fricciones y a disfrutar más de tu trabajo.
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