Como locutores comerciales o locutores profesionales o incluso, como locutores aficionados, cuando los demás se enteran que trabajamos en “algo” que tiene que ver con la voz, tarde o temprano nos pedirán que… ¡pronunciemos un discurso!

Puede ser desde algo muy sencillo como un brindis para una quinceañera, unas palabras de despedida para un compañero de trabajo que se muda a otra ciudad o un breve discurso para un grupo de jóvenes que se gradúan de preparatoria.

Créelo, hagas lo que hagas, no hay forma de esconderse. Entonces, lo mejor es estar preparados y saber cómo estructurar un discurso.
Si corres con la “suerte” de ser un orador designado de último momento, el reto es aún mayor, ya que probablemente no estés acostumbrado a improvisar al hablar en público y sientas cómo la tierra se abre bajo tus pies.

Pero no hay nada que temer, recordando los siguientes pasos, podrás contar con puntos de referencia que te darán un soporte, aunque sea mínimo para salir adelante.
Al estructurar un discurso, recuerda que tiene como mínimo, tres partes.

1. La introducción
2. El desarrollo del tema
3. La conclusión

La introducción

En esta parte del discurso se suele plantear el contexto de la situación. Es decir, por qué estamos aquí y cuál es la relevancia del acontecimiento.
Al inicio de tu discurso, necesitas captar la atención de tu audiencia. Una frase impactante, una pregunta retórica o una anécdota relevante suele dar buenos resultados.
Es un buen detalle agradecer a los presentes por su apoyo, si aplica, y mencionar los nombres de las personas que tengan que ver de forma destacada con el tema de la presentación.
El objetivo es poner a los asistentes en la misma sintonía.

El desarrollo del tema

Aquí debes fijar en tu mente un objetivo muy claro. ¿Vas a hablar de un tema, de una circunstancia, de los resultados trimestrales o vas a hablar de una persona, etc.?
Trata de simplificar tu discurso lo más posible. Al prepararlo, elige los 3 puntos que consideres más relevantes y exponlos en orden cronológico o dejando el punto más importante para el final.
No hay nada peor que un orador que habla y habla dándole vueltas al mismo asunto porque no tiene capacidad de síntesis o porque no sabe cómo salirse de una espiral creada por sí mismo.
Mantén tus ideas organizadas, presentando evidencia, datos, ejemplos o testimonios que respalden tu punto de vista y tus argumentos.
Asegúrate de que tu discurso fluya de forma lógica, haciendo transiciones naturales entre cada uno de los puntos importantes.

La conclusión

Haz un breve repaso de tu discurso para reforzar la información presentada. Si viene al caso, ofrece un llamado a la acción o invita a reflexionar sobre el tema del que hablaste. Cierra tu discurso con una frase, una cita impactante o una idea que deje una impresión duradera en las mentes de los asistentes.
Agradece a la audiencia por su atención y su tiempo.

Recuerda que la clave de un discurso efectivo es la práctica previa, asegurándote de que tu presentación sea clara, coherente y adecuada para tu audiencia.
Adapta tu tono, lenguaje y ejemplos según el grupo al que te dirijas y mantén el enfoque en tu objetivo principal.

Miguel Alejandro Torres